LECTURA DE DIARIOS



“Yo le rajo sobre todo a la solemnidad”
Página/12 publicará, a partir de mañana, cada dos semanas, seis de sus libros: La lucha continúa, La mujer ducha, Brooklyn & Medio, Wing de metegol, Los sentidos del agua y Picado grueso. Sasturain repasa un poco su obra y habla del fútbol y de la vida.

(PAGINA12 Por Angel Berlanga )



Para los argentinos, Internet ya es más importante que la televisión
Una reciente encuesta realizada entre casi 4.000 navegantes de la Web revela que finalmente en Argentina la adicción por la red de redes desplazó a la teleadicción al segundo lugar, aunque siguen cabeza a cabeza. En tercer término, en esta competencia de tecnologías, quedó el celular. El constante crecimiento de los blogs.

Una encuesta realizada sobre 3.913 casos reveló que, finalmente, las adicciones de los argentinos en materia de entretenimiento están cambiando. Ante la pregunta: “¿Qué medio de comunicación extrañaría más si se lo quitaran?”, “Internet” fue la respuesta elegida por un 34% de los entrevistados. Lo que superó al 33% que prefirió “Para mí lo indispensable es la televisión”. ¿Y el celular? Bien, gracias: entró tercero en las preferencias, con un lejano 17%.
Aunque hay que acotar que el balance de las horas gastadas frente a una pantalla sigue siendo muy favorable a la tele abierta: en un día promedio el argentino mira la pantalla “boba” durante 3,5 horas, mientras que a Internet le dedica unos 90 minutos.
Estos fueron dos de los llamativos hallazgos del flamante informe “Consumo de Internet en Argentina – Evolución e Impacto”, sondeo que encararon en forma conjunta las empresas MRM y Universal McCann, dedicadas a investigación y marketing de medios y publicidad, junto al portal Yahoo.ar.

(FUENTE PERFIL Por Enrique Garabetyan )



La responsabilidad social de los medios
Mientras el tercer sector reclama un lugar más preponderante en el periodismo, se plantea el debate de si los medios de comunicación tienen que ser más activos en la solución de los problemas que aquejan a la comunidad

¿Qué es hacer un buen periodismo? En la medida en que los medios de comunicación no sólo reflejan, sino que también colaboran en la construcción de la realidad, esta pregunta nunca dejará de perder vigencia. Por su parte, las sociedades van evolucionando en su forma de percibir la realidad y en los requisitos de fidelización que le piden a la prensa. Como contrapartida, parecería que a los medios se les exige tener cada vez más responsabilidades frente a la sociedad: ya no sólo con informar, también tienen que comprometerse y actuar.

(FUENTE LANACION Por Micaela Urdinez )


El cronista como historiador

Para el celebrado reportero, fallecido este año, no hay relato cabal de la realidad sin un esfuerzo por entender a los demás. Es la tesis de Encuentro con el Otro (Anagrama), libro de conferencias que llega el mes próximo y del que se ofrece un fragmento

El Otro, los Otros, son calificativos que se pueden entender de muchas maneras y usar en los más diversos sentidos y contextos, como, por ejemplo, para diferenciar sexos, generaciones, nacionalidades, religiones, etc. Por lo que a mí respecta, los uso sobre todo para diferenciar a los europeos -hombres blancos de Occidente- de los no europeos, no blancos, consciente de que para estos últimos también son Otros los primeros. El género que intento cultivar es el reportaje literario que bebe en las experiencias acumuladas a lo largo de muchos años dedicados a viajar por el mundo. Todo reportaje tiene muchos autores, y únicamente una añeja costumbre hace que lo firmemos con un solo nombre. En realidad, quizás sea el más colectivo de los géneros literarios, creado por docenas de personas -los interlocutores con los que nos topamos en los caminos del mundo- que nos cuentan historias de sus vidas o de las vidas de sus comunidades, o acontecimientos en los que han participado o de los que han oído hablar a otros. Esos extraños, esos desconocidos, no solo constituyen una de las fuentes más ricas de nuestro conocimiento del mundo, sino que también nos ayudan en nuestro trabajo de mil maneras: nos posibilitan contactos, nos acogen en sus casas e, incluso, nos salvan la vida.

(FUENTE ADNCULTURA LANACION)




Los videojuegos, una poderosa arma educativa
Against all odds , uno de los casos más recientes, le permite al jugador vivir la experiencia de ser un refugiado

Históricamente acusados de potenciar la violencia entre niños y jóvenes, los videojuegos están comenzando a demostrar su eficacia para llegar a ese público con mensajes educativos. Uno de los casos más recientes es Against all odds ("Contra todo pronóstico"), que le permite al jugador vivir la experiencia de ser un refugiado. Diseñado en la oficina del Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) de Estocolmo, el videojuego se lanzó en 2005 en Suecia y Noruega. Orientado a un público de entre 12 y 15 años, el programa incluye diferentes desafíos, como el de escapar de un pueblo hostil a través de una frontera plagada de peligros. "Los niños comienzan a crearse una opinión sobre los refugiados entre los 12 y los 15. Y nos pareció que ésta era una forma interesante de llegar a esa audiencia, que además tiene bajo costo", explicó Katherine Rodríguez-Norman, una de las desarrolladoras del juego. Hasta el momento, la experiencia de ser un refugiado generó repercusiones alentadoras entre jóvenes suecos y noruegos. El juego, en inglés, ya está disponible para todos.
(LANACION)


El sueño de escribir y ser publicado

NUEVA YORK.- Cuando vivíamos en esta ciudad, en el barrio ligeramente intelectual (o "europeo", como les gustaba decir a las inmobiliarias) del Upper West Side, todo el mundo parecía estar escribiendo un libro. Sin importar cuál fuese el trabajo, había que poder referirse, aunque fuese sobre un café a las apuradas, a ese manuscrito que (y esto es lo que más orgullo daba) tanta angustia y frustraciones traía, pero que no se podía abandonar. De hecho, un artículo en The New York Times había determinado que, para un grupo bastante emblemático de mujeres jóvenes de la ciudad, escribir el primer libro era el nuevo "casarse y tener hijos". Las librerías fueron rápidas en aprovechar esta tendencia. Hoy todas tienen un sector dedicado a cómo escribir un libro y cómo conseguir que sea publicado. Una mirada a los títulos (que son variantes que van de No pierda la esperanza a Peor es el suicidio) prueba que esto último es particularmente difícil. Sin embargo, por lo mismo pasaron los autores de varios best-sellers. Así cuenta Catherine Wald en el libro más popular de todos, The resilient writer: tales of rejection and triumph by 23 top authors (o El escritor resistente: historias de rechazos y triunfos de 23 autores top). Los comentarios que allí confiesa William Goldner, que recibió después de trabajar seis años en Memorias de una geisha, por ejemplo, hubiesen sido suficientes para que cualquiera se hiciera el harakiri. Aun así, las historias del libro son nada en comparación con las que Wald recibió de quienes continuaban en la lucha, y que publicó entonces en su sitio web sobre rechazos literarios http://www.rejectioncollection.com/ , que fue nombrado por el Writer s Digest uno de los mejores para escritores. ¿Por qué tantos siguen adelante, entonces? Quizá porque algo que pasó por la cabeza de uno convertido en objeto tiene algo de mágico, como un conejo que sale de la galera en la que entró un pañuelo. A partir de esta semana, algunas de estas columnitas estarán en forma de libro, impresas sólo por demanda y en una sola librería porteña. Y, sin embargo, no sólo siento que saqué el conejo: cuento las horas para contárselo a mis amigos neoyorquinos, por supuesto, en un café a las apuradas.

(Por Juana Libedinsky Para LA NACION)


El Atlas americano

Con apenas 25 años, Norman Mailer entró en escena con uno de los debuts más espectaculares de la literatura norteamericana: su monumental novela Los desnudos y los muertos (1948) lo mostraba como un hombre que había atravesado la guerra y estaba dispuesto a ponerse sobre los hombros el horror del mundo para darle sentido. Durante los siguientes 60 años, estuvo a la altura de su ambición: peleó públicamente por lo que creía, diseccionó la realidad y sus mitos, militó por más causas que nadie, escribió como un poseso sobre cada tema que lo obsesionó, ganó enemigos y premios, y hasta su último aliento bregó por una Norteamérica que volviera a esas raíces que alguna vez la hicieron una tierra de libertad. Hace una semana, la literatura se quedó sin una de sus voces más vitales y polémicas. Radar lo despide con una selección de declaraciones ofrecidas durante su vida, y la opinión de amigos, colegas y enemigos que lo disfrutaron, conocieron y padecieron durante más de medio siglo.
( RADAR PAGINA12 POR NORMAN MAILLER)

Analogías del periodismo cultural
En un proceso que tuvo lugar en los últimos veinte años, con la retracción del franquismo en España y la instauración de políticas neoliberales en buena parte de Sudamérica, centros editores como Buenos Aires se vieron desplazados por la metrópoli, retrotrayendo la industria del libro a una relación neocolonial.
(PERFIL Por Maximiliano Tomas)


Cada vez más gente hace terapia por teléfono o por chat

El ciberdiván avanza sobre el psicoanálisis tradicional

Por falta de tiempo, comodidad, o por simple fobia al contacto personal, muchos pacientes decidieron dejar de lado el clásico diván. La tendencia tiene cultores fieles y acérrimos detractores

La tecnología avanza a pasos agigantados, y ni siquiera el sagrado diván del psicoanalista puede abstraerse del vértigo: ahora llegó la hora del ciberdiván. Por falta de tiempo, comodidad o moda, cada vez más gente hace terapia por teléfono o chatea con el analista, una metodología cuestionada por quienes creen que se trata de cierta fobia a la comunicación. Algunos pacientes que viajan por trabajo tienen un pacto preciso con su analista es preciso: en un horario fijo una vez a la semana, lo llaman desde cualquier parte del mundo y le envía el dinero de sus honorarios por transferencia bancaria.
"La principal diferencia es que al no estar viéndolo a la cara puede ser más fácil hablar de algunos temas; el teléfono sería lo más parecido al diván", contó Jimena, una paciente de 28 años.
Pero también están los que se comunican con su terapeuta por mail o por chat. "Hay una realidad innegable: mucha gente trabaja diez horas por día y no tiene tiempo de ir al psicólogo. En cambio, quizá por su tipo de trabajo tiene una computadora y puede escribir lo que le pasa”, dice Diana Furtado, una de las pioneras en intentar, en 1997, ejercer su profesión a través de la red.
Los detractores del "ciberdiván" afirman que se pierde “la magia" del contacto personal entre analista y paciente, que se trata de una consecuencia de los cambios culturales, y de ciertas fobias a la comunicación.
(PERFIL)

No hay comentarios.:

Publicar un comentario