Es el poder, estupido!

"Kirchner le pegó al corazón de Clarín; esto es mucho más que plata: es poder. Para los peronistas, que llevan el poder en la sangre, haberle quebrado el brazo a Clarín es más importante que la derrota electoral de junio pasado. Ni Menem en su momento de mayor gloria, cuando, además, Clarín era la mitad de lo que es hoy, se animó a tanto. La vez que estuvo dispuesto a algo parecido vinieron Bauzá y su hermano Eduardo y lo hicieron volver para atrás.
Así como después de la derrota por la 125 en el Senado el Gobierno ganó dos batallas seguidas con la estatización de la jubilación privada y de Aerolíneas, ahora va por una nueva ley de radiodifusión que obligue a Clarín a desprenderse de la producción de contenidos audiovisuales (El Trece, TN, etc.) o del cable. En política, muertos están sólo los que entran al cementerio. Chávez es el mejor ejemplo: perdió las elecciones por la reforma constitucional y ganó un año después cuando se volvió a votar.
Ese relativismo también sería útil para quienes apresuradamente dan a Clarín como herido de muerte. Sorprende el emocionado tono de no pocos kirchneristas, quienes están eufóricos con la conjunción en la misma semana del triunfo frente a Clarín y ante la oposición en Diputados, con la extensión por otro año de las facultades delegadas al Ejecutivo.
Agrandados por dos goles seguidos del Gobierno, creen ahora que Clarín está groggy y esperan asestarle un golpe tras otro antes de que se reponga. Kirchner les dice a los suyos que tiene que debilitar severamente a ese grupo multimediático en los próximos meses, porque Clarín no se detendrá hasta lograr que vaya preso, como hizo con Menem.
La relación de Clarín con los gobiernos se puede explicar con la fórmula económica de la ganancia marginal decreciente de cada unidad a más. Al principio, cuando los gobiernos gozan de la aprobación de la mayoría de la población, ser oficialista tiene muy pocos costos para Clarín, porque acompaña el sentimiento de su audiencia. Lo que recibe en pago de los gobiernos, a cambio de su buena predisposición, es casi todo ganancia. A medida que pasan los años y los gobiernos se desgastan perdiendo parte de esa popularidad, el costo de ser oficialista es cada vez mayor y la ganancia es decreciente, por lo que cada vez tiene que subirle al gobierno de turno el precio de su contraprestación. Inevitablemente, cuando la mayoría de la población desaprueba a un gobierno, el precio que Clarín debe cobrar para compensar la pérdida que sufre por navegar en contra del ánimo de su audiencia es tan grande que ningún gobierno, por más sumiso que sea, puede pagarlo. Y allí se llega al punto de ruptura...“Todo pasa”, diría Grondona, si el mayor multimedios de España, una economía cuatro veces mayor que la Argentina, puede en dos años pasar de la gloria al ocaso. ¿Por qué no podría suceder lo mismo con Clarín en Argentina?
Todo puede ser, hasta que Néstor Kirchner sea candidato a presidente en 2011 y gane. Pero parece difícil."

Operativo fútbol para todos

Fusilamiento mediático
Los goles del peronismo
Muchos villanos y muy pocos héroes
Los negocios de Grondona dentro y fuera de la cancha

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