Robar dos veces

El fotógrafo haitiano Daniel Morel se encontraba en su país cuando se desencadenó el terremoto del pasado 12 de enero. Aquel fatídico día disparó varias fotos de las víctimas, alguna de ellas convertida hoy en un icono de la catástrofe, e informó a través de su cuenta en Twitter de la publicación en Twitpic de esos excepcionales documentos gráficos. Era la primera vez que Morel usaba esas herramientas.
Otro usuario de Twitter de la República Dominicana, @LisandroSuero, se apropió poco después de las fotos. En lugar de tuitear mensajes con enlaces a las fotos de Daniel More optó por descargarlas, subirlas en su propia cuenta de TwicPic y difundirlas. En resumen: las copió y se apoderó de ellas.

Una de las fotos que AFP distribuyó sin autorización de su verdadero autor y que fue vendida a diarios de todo el mundo.
Ese comportamiento sólo puede explicarse por el deseo de apropiarse de la autoría de las imágenes (no menciona al autor) o por precaución, pues al fin y al cabo se trata de un documento de extraordinario valor (en ciertas ocasiones algunos usuarios realizan duplicados de información en la red por si la fuente original las elimina). El caso es que esas copias se propagaron como la pólvora y casi todo el mundo pensó que se trataba de las fotos originales.
Vincent Almalvy, un editor de France Presse, se puso en contacto a través de Twitter con @LisandroSuero para pedirle distribuir las imágenes. La agencia se dejó engañar y comenzó a venderlas con la firma de Lisandro Suero. Aún es posible ver en medios como Time las fotos en las que aparece la falsa autoría.
Daniel Morel, que normalmente difunde sus fotos en Corbis, descubrió lo que estaba pasando y protestó públicamente. France Presse rectificó, pero a la vez denunció al fotógrafo por difamación comercial, argumentado que habían actuado de buena fe y que una información publicada en Twitter puede ser difundida libremente.
El problema es que realmente Twitter es sólo el medio con el que Morel enlaza hacia unas imágenes alojadas en un servicio externo, como es Twitpic (cuyos términos de uso dicen claramente que los derechos de las fotos que aparecen en él son de sus autores). Daniel Morel respondió con otra demanda. Un juzgado de Nueva York se ocupa ahora del caso.

Así contactó el editor gráfico de France Presse con el usuario de Twitter que se había apropiado de las fotos.
Todo ello demuestra la torpeza y la codicia con la que algunos grandes medios usan internet, como si la red fuese un estercolero en el que de vez en cuando se puede encontrar algo interesante. Pero lo más triste del asunto no es eso.
Lo deplorable es que unas imágenes de una tragedia como la de Haití hayan sido tratadas como latas de refresco en un hipermercado. El propio Daniel More se quejaba en una entrevista difundida recientemente en The New York Times del papel desempeñado por los medios en su país.
Tres actores y mucha codicia
Daniel Morel, el primer actor de todo este asunto, decide acertadamente que Twitter y Twitpic pueden ser una buena forma de mostrar al mundo sus fotos. Aunque actúa con cierta ingenuidad al no supervisar mejor su difusión, lo cual es por otra parte comprensible por ser un novato en el uso de esas herramientas. Pero también, y eso es lo más importante, porque en realidad todo eso importa muy poco. A su país se lo acaba de tragar la tierra.
Entra en juego el segundo actor. El tal Lisandro Suero es citado por muchos medios como uno de los usuarios de Twitter que está explicando lo que pasa en Haití a través de sus fotos. El Mundo es uno de los diarios que pican en el anzuelo (ver el pie de foto de la noticia).
El tercer actor, y quizá el principal responsable de todo este lío, es el editor que en representación de France Presse contacta con ese usuario a través de Twitter, y presumiblemente por correo electrónico, sin verificar adecuadamente si de verdad es el autor de las imágenes. Algo que es especialmente grave teniendo en cuenta que nadie le ha ofrecido ese material, él mismo ha ido en su búsqueda.
Cuando el verdadero autor protesta públicamente, probablemente bastante enfadado por lo que está sucediendo, France Presse en lugar de pedir sin más disculpas decide interponer una demanda contra el fotógrafo, agravando aún más todo el asunto.

En elmundo.es se cita al usuario que usurpa las foto como autor de las mismas.
Por si fuera poco la agencia al argumentar su demanda demuestra desconocer el funcionamiento de Twitter, algo bochornoso si tenemos en cuenta que se trata ni más ni menos de una de las principales agencias informativas del mundo.
Mejor pagar a periodistas que pagar abogados
Como ya dijimos en su momento Haití no había existido prácticamente para los medios antes del terremoto. Y si algo queda claro de todo el asunto es que France Presse no disponía de corresponsales en el país cuando sucede la catástrofe (a pesar de tratarse de un país francófono).
Y es que cada vez vemos con más frecuencia que las agencias intentan ahorrar en contratar a buenos profesionales. Con ocasión de los disturbios acaecidos tras las revueltas en Irán han ganado dinero vendiendo imágenes a sus abonados que habían sido difundidas por la población del país, un método notablemente más barato que el de pagar correctamente a corresponsales por el riesgo que conlleva trabajar en un escenario de conflicto.
Que una agencia se dedique a comprar y revender lo que ha sido libremente publicado y difundido en internet, asumiendo así un papel de intermediario pasivo, es sorprendente. Mejor sería invertir el dinero en pagar a periodistas en lugar de gastarlo en abogados. Tampoco estaría de más que los medios formen seriamente a sus periodistas para trabajar en la red, pues con frecuencia dan la impresión de ser elefantes atravesando una cacharrería.
IMPORTANTE (actualización 1/05/2010):
Lisandro Suero se ha puesto en contacto con El Fotográfico mostrando su profundo arrepentimiento por los hechos expuestos en el presente artículo. Explica que no actuó de mala fe y que se dejó llevar por la vorágine del momento al copiar y distribuir las fotos, algo que atribuye a su inmadurez, juventud y desconocimiento de la trascendencia que podían tener esos actos. Acabamos de comprobar que en las últimas horas ha cerrado su cuenta en Twitter, la cual se encontraba operativa ayer en el momento de publicar el presente artículo.
Esa aclaración me reafirma en que es clave que los grandes medios de comunicación y agencias informativas, como France Presse, deben usar protocolos más rigurosos a la hora de contrastar la información y la autoría de los documentos que publiquen provenientes de la red. En el caso que nos ocupa no se sabe si el editor de AFP se puso en contacto con Lisandro a través del teléfono o simplemente a través del correo electrónico, pero me temo que las prisas, por otra parte lógicas debido al excepcional momento que se estaba viviendo, pudieron más que el rigor.
Para saber más
“Polémica entre la agencia AFP y un fotógrafo por el uso indebido de unas imágenes publicadas en Twitter” en quesabesde.com
“Haitian copyright case turns on Twitter’s TOS”, en dankennedy.net (en inglés)
“Agence France Presse’s slap to photographers”, en 1854.eu (en inglés)
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RAMÓN PECO

Ramón Peco - ha publicado 35 artículos en El Fotográfico.
Es periodista y fotógrafo. Ha coordinado la sección de Fotografía de Soitu, y antes formó parte también en el mismo medio del grupo de redactores de Vida Digital. Actualmente trabaja como periodista especializado en fotografía en quesabesde.com y en la red social blipoint.com. Colaboró en medios de tendencias como Vanidad, Neomoda, y Neo2. En las trincheras del periodismo diario ha trabajado para la Agencia EFE, El Día de Ciudad Real, y Estrella Digital. Es autor de los libros Internet para Escritores y Nueve Diálogos. Entre otras cosas colabora como periodista en la revista experimental Lalata, desde hace más 20 años no ha dejado nunca de hacer fotografías, y en 2005 puso en marcha una cosa a la que llamaban blog. Se licenció en Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid y se graduó en la primera promoción del Master de Periodismo Digital de El País.


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